Festival de Avándaro, llamado a la unión y la expresión creativa.
El Festival Rock y Ruedas de Avándaro, también conocido como el Festival de Avándaro, ha dejado una huella indeleble en la historia de la música y la cultura mexicana. Celebrado los días 11 y 12 de septiembre de 1971, cerca del Club de Golf Avándaro y su lago, en el Estado de México, este evento se ha convertido en uno de los conciertos de rock más icónicos en México.
El festival fue una manifestación del movimiento contracultural conocido como La Onda, que en su apogeo buscaba celebrar la vida, la paz, el amor, la ecología y las artes en general. Al igual que el Festival de Woodstock en Estados Unidos, Avándaro se caracterizó por su música psicodélica, su arte contracultural y la expresión abierta de ideas como el uso de drogas y la promoción del amor libre.
Organizado por Promotora Go S.A. y un grupo de visionarios como Eduardo y Alfonso López Negrete, Justino Compeán Palacios y Luis de Llano Macedo, el festival originalmente tenía programados 12 actos musicales, pero debido a la asistencia masiva de entre 100,000 y 500,000 personas, se presentaron un total de 18 bandas y solistas en el escenario al aire libre durante el fin de semana lluvioso.
La trascendencia de Avándaro no se limitó a la música y la cultura. En aquel entonces, México ya había organizado eventos deportivos de renombre internacional, como las Olimpiadas de 1968 y el Mundial de Fútbol de 1970, que proyectaron una imagen moderna y positiva del país al exterior. Sin embargo, en el ámbito político, el gobierno había reprimido violentamente movimientos estudiantiles, como el conocido como ‘Tlatelolco’ y el Halconazo, lo que había generado tensiones y descontento entre la juventud mexicana.
La Onda y el Festival de Avándaro se convirtieron en un reflejo de la búsqueda de cambio y libertad por parte de los jóvenes mexicanos. Aunque no abogaban por la lucha armada contra el gobierno, sí buscaban un cambio radical en la sociedad. Estos ideales contraculturales chocaron con la censura y la represión del gobierno de la época, que incluso había prohibido el musical “Hair” en 1969 y censurado a artistas como el grupo Pop Music Team.
El deseo de los jóvenes mexicanos de tener su propio festival masivo, similar a los eventos internacionales que se celebraban en otros países, se vio alimentado por las noticias y las películas de festivales como el Festival de Ancón en Colombia, el Festival Buenos Aires Rock en Argentina, el Festival de los Dominicos Piedra Roja en Chile, el Festival Isle of Wight en Inglaterra, y los documentales del Festival Monterey Pop y Woodstock.
El Festival de Avándaro se convirtió en una expresión poderosa de la juventud mexicana de la época, un intento de desafiar las normas establecidas y de crear un espacio de libertad y expresión artística. Sin embargo, este tipo de festivales, donde la prioridad no era el negocio sino la música y la conexión entre las personas, son cada vez más escasos en la actualidad.
Aunque México cuenta con numerosos festivales en la actualidad, los costos asociados con la organización y la asistencia a estos eventos se han vuelto exorbitantes, dificultando que la juventud en general pueda acceder a ellos. Esta realidad contrasta con la esencia original de Avándaro, donde la música y la cultura eran accesibles para todos, y donde se promovían valores como la paz, el amor y la expresión creativa.
Cápsula de El País acerca del Festival de Avándaro
Es innegable la falta que hacen festivales como Avándaro en la sociedad actual, donde la música y el arte puedan ser disfrutados por todos, sin importar su situación económica. Estos eventos no solo brindan entretenimiento, sino que también fomentan la diversidad cultural, la creatividad y la conexión humana. Sería beneficioso para la juventud y la sociedad en su conjunto recuperar la esencia de festivales como Avándaro, donde la música y la cultura se convierten en un puente para la expresión y la unión de las personas.