La Historia Detrás de un Sueño: Cómo Lucas Hill Encontró la Verdadera Luz en ‘El Sol sale también’
Todo comenzó con un sueño. No con un plan de marketing ni con una estrategia de mercado, sino con una frase susurrada en la quietud de la noche que se ancló en la mente del cantautor colombiano Lucas Hill: El sol sale también. Al despertar, esa certeza no era solo el título de una futura canción, sino el faro que guiaría, sin que él lo supiera aún, todo su tercer álbum de estudio.
Quienes seguimos a Lucas desde su aclamado disco Renacido (2023), recordamos esas canciones como amuletos sonoros, caricias para el alma. Para su siguiente paso, la conversación con su productor y cómplice, Felipe Álvarez de Polen Récords, había trazado un mapa distinto. El plan era claro: crear un álbum más dinámico, con más movimiento, más beats. Un disco, en una palabra, más “alegre”.
Con esa intención en mente, Lucas comenzó a componer. Pero la revelación de su sueño había abierto una compuerta diferente. Las canciones no brotaban con euforia, sino con una honestidad contemplativa. Fluían con la calma de un río profundo, no con el estruendo de una fiesta. Así, le entregó a Felipe un conjunto de 14 temas que eran el reflejo puro de su alma, un universo sonoro tejido con hilos de folk, pop y tradición latinoamericana.
Fue entonces cuando llegó la pregunta que lo cambió todo, una pregunta tan simple como demoledora: “¿Y las canciones alegres dónde están?”.
Ese cuestionamiento podría haber sido un obstáculo, pero para Lucas fue una epifanía. Fue el momento en que entendió la naturaleza de su propia luz, el verdadero significado de la alegría en su arte. En sus propias palabras, la revelación fue profunda:
“Y eso fue super interesante, entender que para mí lo alegre y lo luminoso, no necesariamente es lo más dinámico, ni lo más entretenido, ni es lo más extrovertido. No es que no me guste la euforia, pero donde realmente se siente como alegre y luminoso para mi, es al contrario, es en eso, en lo profundo y contemplativo.”
– Lucas Hill
El álbum se transformó en ese preciso instante. Dejó de ser la búsqueda de una alegría impuesta para convertirse en la celebración de una alegría encontrada. El Sol sale también se reveló como un disco que no necesita gritar para iluminar. Su fuerza reside en la sutileza, en la belleza que, como dice la canción que le da título, a veces florece “entre el barro, donde nadie las ve”.
Un ejemplo perfecto de este viaje interior es “Camino”, el segundo sencillo y la pieza favorita del propio Hill. Despojada de guitarras, la canción avanza sobre una percusión constante, como el latido de un corazón o el ritmo de unos pasos que buscan volver a casa. Es una marcha hacia la raíz, un anhelo por reconectar con la tierra y con uno mismo.
El Sol sale también, que vio la luz el pasado 18 de septiembre, no es solo una colección de canciones; es el testimonio de un viaje artístico y personal. Es una invitación a cerrar los ojos y a entender que la luz más potente no siempre es la que más deslumbra, sino la que nos permite ver con claridad hacia adentro.
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