Edel Juárez

¡Bienvenidos al micrositio de Edel Juárez!

Desde el norte de la Ciudad de México y nacido en 1975, Edel Juárez no quiso saber nada de bibliotecas ni de recitales en voz baja. Llevó la poesía a los escenarios donde usualmente reinaban las guitarras. Se coló entre los cantautores, se trepó a escenarios que no esperaban un poema, y desde ahí empezó a construir una carrera donde la palabra escrita se mezcla con el feedback del público en tiempo real.

Todo empezó a finales de los noventa, cuando Juárez irrumpió con el cantautor Edgar Oceransky en un show que buscaba dinamitar la solemnidad de los eventos “culturales”. No pasó mucho tiempo para que Fernando Delgadillo lo invitara a sus conciertos, iniciando una relación escénica que se volvió habitual, alternando poemas y canciones en un formato que rompía moldes.

En 2001 lanzó “Títeres de tú”, un libro con disco que no era ni del todo literatura ni del todo música. Editado por Sony Music, incluía colaboraciones con figuras como Delgadillo, Mexicanto y Armando Rosas, arreglos de Mario Domm y hasta un track interactivo cuando eso todavía sonaba futurista.

Lo suyo era la calle, el bullicio, el corazón latiendo fuerte. En 2002 se subió al escenario del Zócalo de la CDMX frente a más de 12 mil personas, abriendo el concierto del cubano Carlos Varela. Un año después, en el Museo de la Ciudad de México, presentó su segundo disco En horas hábiles, arropado por una banda de rock literario y con Alejandro Marcovich (sí, el de Caifanes) en la guitarra.

Siguieron libros, discos y experimentos. En 2005 publicó Fíjate dónde caminas y Polaroids al azar, este último parte de una colección ilustrada por Carlos Agustín. Para 2011, Ceremonias de interior lo volvió a poner en el mapa sonoro con la participación de cantautores como Miguel Inzunza, Raúl Ornelas y Rodrigo Rojas.

En 2012 se adelantó al juego breve con todo lo que alguna vez, una antología de textos con 140 caracteres que ya se habían ganado su lugar en las redes. Twitter era su nuevo escenario.

El 2013 lo encontró girando con una banda de jazz dirigida por Nur Slim, grabando el disco primeras consecuencias de Judith y presentándose en festivales de alto calibre como el Internacional Tamaulipas y el Alfonsino.

En 2014 presentó lógica de conjuntos y lo poco que te escribo (sigue siendo demasiado), y reventó el Teatro Juárez de Guanajuato. Para 2016, cambió de nuevo la jugada: lanzó cuando tienes con quién platicar, un disco definido como “B&P” (beats and poetry) y lo acompañó con “El cubo”, un juego de mesa poético en tiempos de pantallas, en colaboración con Cristóbal Jodorowsky. Este material se presentó en el Teatro de la Ciudad, con lleno total.
En 2017, Juárez se embarcó en una gira con Chinoy, el trovador chileno, grabando el disco acústico los nidos vacíos / los versos errantes dando como resultado ser bastante escuchado en aquél país.

Con este libro tenía otro nombre (2018), giró con el espectáculo historias, dibujos y poemas, que mezclaba anécdotas, reflexiones y un “cine a mano” que convertía el escenario en galería viva.
En 2019 regresó con Adrián Gil para lanzar este palabrear, un disco íntimo de poema-canción que apostó por la palabra como antídoto ante una sociedad fracturada.

Para celebrar 20 años de carrera, en 2020 publicó pequeños bosques pausados, una cuidada edición de textos entre 1998 y 2018. Le siguió en 2021 #netadeviernes (el astronauta), un compilado de esa cita semanal que sus lectores ya habían convertido en rito.

En 2023 rompió el silencio editorial con una singular tibieza, que trajo consigo una gira de más de 100 conciertos por México y Guatemala. Y en junio de 2025, su nuevo golpe: a distancia y a destiempo, un libro/disco de 80 poemas inéditos y 6 canciones, producido por Nur Slim, con las voces de Cecilia Toussaint, Fran Fernández, Perrozompopo, Jenny Beaujean, Claudia Arellano y Sarmad.

Edel Juárez no solo escribe, provoca. No solo recita, construye puentes entre generaciones y géneros. Y si algo ha dejado claro, es que la poesía no se ha muerto: solo se subió al escenario y pidió un micrófono.