Charlie Lambarri: El nómada del Blues que encontró su hogar en Nashville
El camino del músico real no se mide en kilómetros, sino en cicatrices de guitarra, noches de desvelo en estudios ajenos y la fe ciega de que la próxima canción será la que lo cambie todo. Charlie Lambarri conoce ese camino como pocos: lo ha recorrido desde los foros de Guadalajara hasta los bares legendarios de Nashville, llevando consigo una guitarra que habla tres idiomas fluidos: blues, country y rock.
Su historia comienza en 2010, cuando apenas era un adolescente con hambre de escenario en Dharma, una banda que compartió tarima con La 5ta Estación y Ha-ash, pero que guardó su mejor secreto: un LP producido por el ganador del Grammy Latino Yunuen Viveros que nunca vio la luz. Ese disco fantasma se convirtió en la primera lección de Charlie sobre la música: no siempre obtienes lo que mereces, pero siempre obtienes lo que necesitas para seguir creciendo.
Cuando Dharma se desintegró, Charlie no se rindió; se reinventó. Ciudad de México se convirtió en su laboratorio, tocando en agrupaciones diversas, experimentando con covers y originales, puliendo una voz que ya sabía contar historias pero que aún no encontraba su propio acento. Fue en 2018 cuando decidió apostar todo al rojo: carrera solista, sonido propio, riesgo total.
“On The Road” no fue solo el nombre de su primer LP, fue una declaración de intenciones. Mientras el mundo se pausaba por la pandemia, Charlie siguió moviéndose, creando contenido digital, construyendo una audiencia que entendía que la música, como el blues, siempre encuentra una manera de seguir sonando, incluso en el silencio.
Y cuando los foros reabrieron en 2022, Charlie estaba listo. Bar Hobos, Centro Meraki, La Gitana, Taberna El Hogalzán, McCarthy’s Irish Pub: cada escenario se convirtió en una confesión amplificada, en una conversación íntima con extraños que de pronto se sentían como viejos amigos. Porque eso hace el blues auténtico: te abraza sin conocerte.
2023 trajo “Blues my babe”, su primer disco físico, once canciones que capturan la esencia de un artista que entiende que el blues no es solo un género, es una filosofía de vida. Temas como “Out of my hell”, “I’d lie” y “Lovely Days” demuestran que Charlie no imita el blues clásico; lo reinterpreta con la honestidad de quien ha vivido sus propias tormentas.
Pero el verdadero punto de inflexión llegó en 2024, cuando Charlie empacó su guitarra y se fue a Nashville. No como turista, sino como peregrino musical. Tocó en Anzie Blue y Vinyl Lounge, esos templos donde las leyendas del country y el blues han dejado su huella. Ahí grabó “Love you anywhere” en Cygnus Studio con Caleb Sherman, una canción que suena como si hubiera nacido en Tennessee pero que lleva tatuado el corazón mexicano de su creador.
El reconocimiento llegó naturalmente: una nominación en los Monster Music Awards como mejor artista de Jazz/Blues. Pero Charlie ya no persigue premios; persigue esa sensación única de estar exactamente donde debe estar, haciendo exactamente lo que nació para hacer.
Su propuesta musical no busca encajar en moldes preestablecidos. Charlie Lambarri hace blues mexicano sin apellidos, country urbano sin disculpas, rock honesto sin artificios. Su ritmo es contagioso porque nace de la alegría genuina, esa que solo se encuentra cuando dejas de fingir ser quien no eres y abrazas completamente quien sí eres.
Hoy, desde Nashville, Charlie continúa grabando, creando, evolucionando. No como el mexicano que llegó a conquistar América, sino como el músico que encontró en la música su idioma universal. Porque al final, no importa si naces en Guadalajara o en Memphis: el blues verdadero no tiene pasaporte, solo tiene alma.
Y la de Charlie Lambarri, después de quince años en el camino, suena más clara que nunca.
