Once mujeres, dos ciudades, un lienzo: La revolución silenciosa del trabajo femenino
En un audaz cruce de fronteras culturales y artísticas, llega a México “Mujeres en el trabajo”, una video-instalación que promete sacudir nuestras percepciones sobre la realidad laboral femenina en dos mundos aparentemente distantes: Ciudad de México y Bucarest. Este proyecto internacional, fruto de la colaboración entre la coreógrafa e investigadora argentina Flor Firvida Martin y la coreógrafa y cineasta rumana Simona Deaconescu, nos invita a sumergirnos en las vidas de once mujeres cuyas experiencias tejen un tapiz vibrante y complejo de la condición femenina en el ámbito laboral.
Imaginen por un momento una bailarina de twerk que también es trabajadora social, una escultora que da forma no solo al barro sino a las percepciones, una jugadora de baloncesto que rebota entre los desafíos profesionales y personales. Añadan a la mezcla una artista de performance y bondage que ata y desata tabúes, una sanadora y doula que trae vida al mundo mientras lucha por su propio espacio. No olvidemos a la luchadora que combate dentro y fuera del ring, la costurera y cocinera transgénero que cose nuevas identidades, o la terapeuta y trabajadora sexual que desdibuja las líneas entre cuerpo y mente.
Este caleidoscopio humano se completa con una defensora de los derechos de las personas con discapacidad visual que nos hace ver más allá de lo evidente, una trabajadora de una fábrica de vidrio que moldea su destino con cada pieza, una bailarina de pole dance que se eleva sobre los prejuicios y una bailarina contemporánea que coreografía su resistencia diaria. Todas ellas son las protagonistas de esta obra que trasciende el simple documental para convertirse en una experiencia inmersiva y provocadora.
“Mujeres en el trabajo” no se conforma con mostrarnos estas vidas; nos invita a cuestionarnos. ¿Cuánto ganas? ¿Cuánto te gustaría ganar? Preguntas que parecen simples pero que esconden universos de desigualdad y lucha. ¿Cómo es realizar tu trabajo como mujer? Una interrogante que abre la puerta a discusiones sobre sexismo, acoso y la constante batalla por la igualdad. ¿Cómo es hacerlo en tu ciudad? Nos lleva a reflexionar sobre las diferencias culturales y económicas entre dos realidades urbanas distantes pero sorprendentemente conectadas.
La genialidad de este proyecto radica en su enfoque corporal y coreográfico. No estamos ante un frío recuento estadístico, sino frente a una exploración visceral de cómo el trabajo moldea, desafía y a veces quebranta los cuerpos femeninos. La instalación, con su carácter antropológico, nos sumerge en un mar de pantallas sincronizadas donde los movimientos lentos y orgánicos crean una coreografía cinematográfica que hipnotiza y conmueve.
Pero “Mujeres en el trabajo” va más allá de la mera exhibición. La inclusión de una lectura performativa activada por las propias artistas añade una capa adicional de intimidad y contexto. Este formato dual permite que la obra respire y se adapte a cada espacio que habita, ya sea en el histórico Ex Teresa Arte Actual en la Ciudad de México o en la Galería Gotxikoa en Monterrey.
El proyecto no esquiva las complejidades. Al contrario, se sumerge de lleno en ellas, abordando temas de economía feminista e interseccionalidad. Como señala Flor Firvida Martin, citando a la teórica feminista Verónica Gago, no se trata simplemente de contar actividades realizadas por mujeres, sino de ofrecer una perspectiva singular desde la cual repensar la economía y el trabajo en su totalidad.
La colaboración internacional que ha hecho posible este proyecto es en sí misma un testimonio de la universalidad de las experiencias compartidas. Cofinanciado por el Instituto Cultural Rumano y apoyado por una constelación de instituciones culturales en ambos continentes, “Mujeres en el trabajo” es un ejemplo brillante de cómo el arte puede trascender fronteras para iluminar verdades universales.
A medida que el proyecto se despliega en México, primero en la capital y luego en Monterrey, se nos presenta una oportunidad única de ser testigos de un diálogo intercultural que va más allá de las palabras. Es una conversación de cuerpos, ritmos y continuidades que desafía nuestras nociones preconcebidas sobre el trabajo femenino y nos invita a imaginar un futuro donde la diversidad de experiencias sea no solo reconocida sino celebrada.
En un mundo donde las divisiones parecen multiplicarse día a día, “Mujeres en el trabajo” nos muestra la poderosa capacidad del arte para unir, para hacer visibles las luchas invisibles y para inspirar cambios. Es un llamado a la acción envuelto en la poesía del movimiento, una invitación a repensar nuestras propias relaciones con el trabajo, el cuerpo y la identidad.
Mientras nos preparamos para ser testigos de esta obra transformadora, no podemos evitar preguntarnos: ¿Qué historias laborales llevamos inscritas en nuestros propios cuerpos? ¿Qué coreografías cotidianas ejecutamos sin siquiera darnos cuenta? “Mujeres en el trabajo” no solo nos muestra las realidades de once mujeres valientes; nos invita a todos, independientemente de nuestro género, a reconocer y valorar las complejas danzas que componen nuestras vidas laborales.