Recordando a Abel Velásquez, “El Mago”
Hace casi 20 años, en las páginas de Zona Acústica, conocíamos a un artista singular que se hacía llamar Abel Velásquez “El Mago”. En un emotivo texto publicado en su micrositio “MagoVision”, Abel nos brindó un retrato íntimo de quién era y qué lo movía como cantautor.
Abel se definía a sí mismo como un “contante” moderno, un “cuenta cuentos” que usaba la canción como herramienta para “abrir y reparar conciencias y corazones”. Originario de Oaxaca pero orgulloso mexiquense, Abel encontró en Toluca su hogar y en los escenarios de todo el país, su misión.
Durante casi dos años, “El Mago” vivió una “aventura de búsqueda de orejas dispuestas y solidarias”, recorriendo incansablemente pueblos y ciudades, siempre con la guitarra en mano y una historia por contar. Lejos de ver esto como una carga, Abel lo celebraba como una bendición, pues le permitía conocer lugares nuevos, hacer amigos y compartir su don con quienes quisieran escucharlo.
Más que un simple cantautor, Abel se veía a sí mismo como el resultado de todas las influencias, enseñanzas y oportunidades que otros artistas le habían brindado a lo largo de su camino. Desde Alejandro Filio hasta Pedro Guerra, pasando por Silvio Rodríguez, Abel se sentía en deuda y profundamente agradecido con todos aquellos que lo habían acogido, guiado y empujado a ser quien era.
Con una mezcla de humildad y resolución, Abel nos confesaba que aún no sabía del todo quién era, pues sus sueños y compromisos tenían mucho más que dar. Sin embargo, dejaba claro que su norte era mantenerse fiel a sí mismo, usando la canción como vehículo para compartir su visión del mundo y conectar con aquellos que, como él, buscaban un espacio para soñar y ser escuchados.
Hoy, casi dos décadas después, el legado de Abel Velásquez, “El Mago” sigue vigente. Su voz y sus historias siguen en los corazones de quienes tuvieron la fortuna de cruzarse en su camino, recordándonos que la música tiene el poder de abrir puertas, sanar heridas y construir puentes entre almas afines. Que su ejemplo siga inspirando a nuevas generaciones de artistas a encontrar su propia voz y compartirla con el mundo.